Bastami era uno de los más grandes sufíes de la India. Se proponía efectuar una larga peregrinación a La Meca, cuando se encontró con un instructor espiritual que le preguntó:
-¿Por qué has de ir a La Meca?
-Para ver a Dios -repuso.
El instructor le ordenó:
-Dame ahora mismo todo el dinero que llevas contigo para el viaje.
Bastami le entregó el dinero, el instructor se lo guardó en el bolsillo, y dijo:
-Sé que habrías dado siete vueltas alrededor de la piedra sagrada. Pues bien, en lugar de eso, da ahora siete vueltas a mi alrededor.
Bastami obedeció y dio siete vueltas alrededor del instructor, quien declaró a continuación:
-Ahora sí has conseguido lo que te proponías. Ya puedes regresar a tu casa con el ánimo sereno y satisfecho, si bien antes quiero decirte algo más. Desde que La Meca fue construida, ni un solo minuto Dios ha morado allí. Pero desde que el corazón del hombre fue creado, ni un solo instante Dios ha dejado de habitar en él. Ve a tu casa y medita. ¡Viaja a tu corazón!
-¿Por qué has de ir a La Meca?
-Para ver a Dios -repuso.
El instructor le ordenó:
-Dame ahora mismo todo el dinero que llevas contigo para el viaje.
Bastami le entregó el dinero, el instructor se lo guardó en el bolsillo, y dijo:
-Sé que habrías dado siete vueltas alrededor de la piedra sagrada. Pues bien, en lugar de eso, da ahora siete vueltas a mi alrededor.
Bastami obedeció y dio siete vueltas alrededor del instructor, quien declaró a continuación:
-Ahora sí has conseguido lo que te proponías. Ya puedes regresar a tu casa con el ánimo sereno y satisfecho, si bien antes quiero decirte algo más. Desde que La Meca fue construida, ni un solo minuto Dios ha morado allí. Pero desde que el corazón del hombre fue creado, ni un solo instante Dios ha dejado de habitar en él. Ve a tu casa y medita. ¡Viaja a tu corazón!
FIN