APRENDA A ESCUCHAR
Del mismo modo, si un hombre no
entiende las diferencias de la mujer, puede lograr que las cosas empeoren
cuando trata de ayudar. Los hombres deben recordar que las mujeres hablan de
los problemas para acercarse y no necesariamente para obtener soluciones.
Muchas
veces una mujer solo quiere compartir sus sentimientos acerca de su vida
diaria, y su marido, creyendo que la ayuda, la interrumpe con una avalancha de
soluciones para sus problemas. No tiene idea de porque ella no se siente
complacida.
Por ejemplo,
Mary llega a casa después de un día agotador. Quiere y necesita compartir sus
sentimientos sobre ese día.
Ella dice:
-
Hay tanto por
hacer que no me queda tiempo para mi misma.
-
Deberías abandonar
ese empleo. No tienes porque trabajar tanto. Encuentra algo que te guste hacer
–responde Tom.
-
Pero me gusta
mi trabajo. Simplemente esperan que yo cambie todo de un momento a otro
–replica Mary.
-
No los
escuches. Haz lo que puedas hacer –aconseja Tom.
-
¡Eso hago!
–protesta Mary. No puedo creer que hoy me haya olvidado de llamar a mi tía.
-
No te
preocupes por eso. Ella lo entenderá –la calma Tom.
-
¡Sabes lo que
esta viviendo! Me necesita –insiste Mary.
-
Te preocupas
demasiado, por eso te sientes tan desdichada –sentencia Tom.
-
No siempre me
siento desdichada. ¿Acaso no puedes escucharme? –se queja Mary.
-
Estoy
escuchándote –asegura Tom.
-
No sé siquiera
porque me preocupo –concluye Mary angustiada.
Después de esta
conversación, Mary se sintió mas frustrada que cuando llego a casa buscando
intimidad y compañerismo. Tom también se sentía frustrado y no tenía idea de lo
que había salido mal. Quería ayudar pero sus tácticas de resolución de
problemas no habían funcionado.
Al no saber nada
acerca de la vida en Venus, Tom no había comprendido cuán importante era
simplemente escuchar sin ofrecer soluciones. Sus soluciones solo habían
empeorado las cosas. Verá usted, las venusinas nunca ofrecen soluciones cuando
alguien esta hablando. Una manera de respetar a otra venusina es escuchar
pacientemente, mostrando empatía y buscando entender realmente sus
sentimientos.
Tom no sabía que
con escuchar con empatía a Mary mientras esta expresaba sus sentimientos le
habría brindado un gran alivio y satisfacción. Cuando Tom supo acerca de las
venusinas y hasta que punto necesitaban hablar, aprendió gradualmente a
escuchar.
Ahora, cuando Mary
llega a casa, cansada y agotada, sus conversaciones son totalmente distintas,
más o menos así:
-
Hay tanto por hacer. No tengo tiempo
para mí.
Tom
respira profundamente, se relaja al exhalar y dice:
-
¡Ah! ,Parece que tuviste un día
difícil.
-
Esperan que cambie todo de un momento
a otro. No sé que hacer –comenta Mary.
-
Hmm –farfulla Tom tras una pausa.
-
Olvidé incluso llamar a mi tía. –dice
Mary.
-
Que pena –responde Tom con el ceño
levemente fruncido.
-
Me necesita tanto... Me siento tan mal
–se lamenta Mary.
-
Eres una persona muy afectuosa –la
alienta Tom-. Ven aquí, déjame abrazarte.
Tom
abraza a Mary y ella se relaja en sus brazos con un gran suspiro de alivio.
Luego dice:
-
Me encanta hablar contigo. Me haces
realmente feliz. Gracias por escuchar. Me siento mucho mejor.
No solo Mary se
sintió mejor. Tom también. Se asombró de ver cuanto más feliz se sentía su
esposa una vez que él hubo aprendido a escuchar. Con ese nuevo conocimiento de
sus diferencias, Tom aprendió la sabiduría de escuchar sin ofrecer soluciones
mientras que Mary aprendió la sabiduría de liberarse y aceptar sin ofrecer
críticas o consejos no solicitados.
Para sintetizar los
dos errores más comunes que cometemos en las relaciones:
1.
Un hombre trata de cambiar los
sentimientos de una mujer cuando ella esta perturbada. Aquel se convierte
entonces en el “arréglalo-todo” y ofrece soluciones que invalidan los
sentimientos de esta.
Una mujer trata de cambiar
el comportamiento de un hombre cuando este comete errores. Aquella se convierte
entonces en la Comisión de Mejoramiento del Hogar y ofrece críticas y consejos
no solicitados.
Tomado del libro "Los hombres son de marte, las mujeres son de venus" de John Gray
Imagen tomada de http://www.e-neurocapitalhumano.org