
Para comenzar, nadie tiene la culpa de que tú te sientas mal estando solo. Si buscas un culpable, debes mirarte al espejo, porque eres tú, y no otro, quien permanece atado a los recuerdos que duelen, cuando ya los demás se han liberado. Tal vez tu error consista en creer que los hijos, el marido, los hermanos, o los amigos te pertenecen. ¡Y no es así! Si eres adulto, debes comprender que cada cuál tiene un destino que cumplir, y se le ha dado libertad para escoger con quién desea estar y a quien desea evitar. Esa situación deja para ti solo dos alternativas: la primera es disfrutar de la relación, si esta prevalece. Y la segunda es hacer un pacto de paz con la idea de que el otro tiene pleno derecho a excluirte de su vida, en el momento en que ya la relación no sea de su agrado."
"La Soledad Como Camino" de Hortencia Galvis.
Imagen modificada de Planocreativo.blogspot.
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