martes, 7 de julio de 2009

Ni tu ni yo somos los mismos - (Cuento anónimo hindú)



El Buda fue el hombre más despierto de su época. Nadie como él comprendió el sufrimiento humano y desarrolló la benevolencia y la compasión. Entre sus primos, se encontraba el perverso Devadatta, siempre celoso del maestro y empeñado en desacreditarlo e incluso dispuesto a matarlo.
Cierto día que el Buda estaba paseando tranquilamente, Devadatta, a su paso, le arrojó una pesada roca desde la cima de una colina, con la intención de acabar con su vida. Sin embargo, la roca sólo cayó al lado del Buda y Devadatta no pudo conseguir su objetivo. El Buda se dio cuenta de lo sucedido pero permaneció impasible, sin perder la sonrisa de los labios.
Días después, el Buda se cruzó con su primo y lo saludó afectuosamente.
Muy sorprendido, Devadatta preguntó:
-¿No estás enfadado, señor?
-No, claro que no.
Sin salir de su asombro, inquirió:
-¿Por qué?
Y el Buda dijo:
-Porque ni tú eres ya el que arrojó la roca, ni yo soy ya el que estaba allí cuando me fue arrojada.

FIN

1 comentario:

  1. El mensaje que encierra este cuento es algo que remarcamos en los cursos, el pasado ya fue, no existe, lo que queda, entre otras cosas, son residuos emocionales que atrapan mi conciencia, me hacen perder la libertad y me impiden ver la realidad cotidiana.
    Esto es lo que tanto daño puede causarnos, si no nos damos cuenta y dejamos que ese pasado se transforme en un presente continuo.
    De esa manera viviremos una y otra vez la misma situación que, paradójicamente ya no está. Hagamos pues como el Buda y vivamos el ahora.
    Carlos Grassi

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