Dr. Isidro Solórzano Desde la antigüedad el carnaval fue un tiempo donde los instintos se desataban, previo a otro tiempo de exigencia, rigidez y mortificación, como actualmente es la cuaresma.
En la visión diamantina corresponde a la vivencia de lo cerebral, lo que está en la existencia, lo que se termina y necesita la descarga instintiva. Siempre están cercanas las realidades mundanas y trascendentes, se tocan unas con otras. Y nuestros ancestros sabían que a ambas debíamos darle un lugar y canalizarlas.
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