lunes, 11 de julio de 2011

La Mitad de la vida (31)


Tauler repite insistentemente que el hombre la apretura no debe evadirse. Tiene que esperar. No puede salir de la apretura por sus propias fuerzas. No puede hacer otra cosa sino esperar a que Dios mismos le conduzca a través de ella hacia una nueva madurez espiritual. Tiene que confiar en que Dios no le dejará caer en la apretura sin buscar algo positivo. El hombre tiene que estar dispuesto, con confianza, a seguir la dirección de Dios. En la crisis de la mitad de la vida se da un cambio de dirección interior. Ya no yo, sino Dios el que debe conducirme. En la crisis misma está ya Dios actuando y yo no debo ponerle ningún obstáculo en el camino para que él pueda completar su obra.

Tauler no se cansa de decir una y otra vez a sus oyentes que es el Espíritu Santo el que ha provocado la crisis y el que obra en la apretura. La tarea del hombre consiste ahora en no impedir su acción.

«Que el hombre se deje preparar, dé al Espíritu ciudad y espacio para que pueda comenzar en él su obra. Esto lo hacen pocos incluso entre las gentes de hábito, a las que precisamente Dios a elegido para esto.»

Tomado de "La Mitad De La Vida Como Tarea Espiritual" de Anselm Grüm
Imagen tomada de http:/www.inyes-latino.com

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