viernes, 29 de abril de 2011

La Mitad de la vida (24)


Tan pronto como un hombre toca su fondo vive terribles sorpresas: «¡Hay! ¡Qué encontraremos cuando lleguemos al fondo!. Lo que ahora parece una gran santidad se descubre como falsamente fundado.» Por nuestra parte pensamos que hay que proteger a los hombres en la conmoción de la mitad de la vida. Tauler, por el contrario, ve en ella la acción del Espíritu Santo. Debemos dejarnos sacudir por el Espíritu de Dios para penetrar en nuestro fondo, para sumergirnos en nuestra propia verdad. Debemos tranquilamente dejar demoler nuestra autosatisfacción y autojustificación y entregarnos a la acción que Dios realiza en esta nuestra apretura: «Querido: ¡Abísmate en el fondo, en tu nada y deja caer sobre ti la torre (de la catedral de la autocomplacencia y de la autojustificación) con todos sus pisos!. ¡Deja que vengan a ti todos los demonios que hay en el infierno!. ¡Cielo y tierra con todas sus criaturas te servirán maravillosamente!. ¡Abísmate solamente!. Será para ti lo mejor.»
Tomado de "La Mitad De La Vida Como Tarea Espiritual" de Anselm Grüm

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