miércoles, 2 de noviembre de 2011

La Mitad de la vida (35)


1. El nacimiento de Dios

Las penurias y apreturas que trae consigo la crisis de la mitad de la vida son para Tauler solamente los dolores de parto del nacimiento de Dios en el hombre. En la apretura de esta crisis Dios impulsa a los hombres a que se vuelvan al fondo de su alma, a que reconozcan su impotencia y debilidades y se abandonen completamente en el Espíritu Santo de Dios. Cuando se abandona todo que puede ser impedimento de la acción de Dios entonces puede Él nacer en el fondo del alma. Y el nacimiento de Dios en el hombre es el objetivo del camino espiritual, según Tauler:

«Abandónate en mí; no hay ningún aprieto en el hombre. Dios quiere realizar un nuevo nacimiento. Y ten presente que todo lo que te quite el aprieto o la opresión, lo que te sosiegue o libere es nacimiento en ti. Y esto es el nacimiento, el parto, sea el que sea, de Dios o de la criatura. Piensa ahora: si una criatura te quita la apretura, sea la criatura que sea, arruina por completo el nacimiento de Dios.»

En este texto se hace patente una vez más cuál es el peligro de la crisis. Se intenta evitar la opresión volviéndose hacia el exterior mediante la actividad, por la fijación en formas religiosas, por cambios externos. Todo esto son criaturas, incluso las cosas buenas. Y esas criaturas impedirían el nacimiento de Dios en nosotros. Así, lo que resta es solamente dejar que Dios mismo quite la opresión. En tanto en que se «sufre» a Dios, se le deja actuar, y a Él se entrega. Solamente Dios puede liberarnos de la opresión.

«Venga lo que venga, de fuera o de dentro, déjalo supurar y no busques ningún consuelo. Así Dios te liberará seguro. Para ello manténte y déjalo todo en sus manos.»

Tomado de "La Mitad De La Vida Como Tarea Espiritual" de Anselm Grün
Imagen tomada de http://www.planetabebes.com

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