Hesíodo solía decir: "Si añades un poco a lo poco y lo haces así con frecuencia, pronto llegará a ser mucho", lo mismo sucede con el Diamante. Si cada día no repetimos: "Con Amor hacer y crecer" nuestra conciencia ingresa en ese estado de actuar no por interés, sino porque sí, sólo por Amor. Estado no comprensible para el intelecto, pero perfectamente vivenciable para el corazón.
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