sábado, 24 de abril de 2010

Siempre ocupado.


Estaba tan ocupado en cubrir sus necesidades básicas que no tenía tiempo de vivir. Pasó el tiempo y estaba tan ocupado en crecer que no tenía tiempo de disfrutar. Cuando creció estaba tan ocupado en cuidar su capital que no tenía tiempo para ser feliz. Y al llegar a viejo sólo le surgía el lamento de no haber hecho las cosas de distinta manera.
Moraleja: Hoy, aquí ahora Vivo, disfruto y soy feliz. ¡Qué suerte que tenemos de saberlo! hagámoslo realidad

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