"Él andaba siempre juyendo,
Siempre pobre y perseguido,
No tiene cueva ni nido
como si juera maldito;
Porque ser gaucho...¡barajo!
El ser gaucho es un delito"
Todo hombre siempre busca su nido, su hogar, un lugar que lo proteja, le de paz, donde se sienta amado. Ese lugar no lo tenía Martín Fierro, y muchas veces en nosotros, la insatisfacción, es muestra que no logramos vivir el tesoro interno, que es nuestro Diamante, un hogar para nuestra conciencia.Siempre pobre y perseguido,
No tiene cueva ni nido
como si juera maldito;
Porque ser gaucho...¡barajo!
El ser gaucho es un delito"
José Hernández: "Martín Fierro", estrofa 230
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