jueves, 31 de marzo de 2011

La Mitad de la vida (19)


Para Tauler, los cuarenta años son un punto de cambio en el empeño de la actividad externa. Cita a este respecto al Papa Gregorio el Grande que en su biografía de San Benito dice que: «Los sacerdotes del antiguo testamento precisamente a la edad de cincuenta años alcanzaban ser guardianes del templo y que hasta esa edad solamente eran administradores del templo y estaban ocupados en actividades.» Con menos de cuarenta, las actividades son una defensa necesaria que se puede desarrollar interiormente y hacer a Dios más cercano. Y en este tiempo, dice Tauler: «No debe confiar ni interior ni exteriormente demasiado en la paz, en la renuncia o en el dominio de sí mismo, pues todo esto está todavía muy mezclado con naturaleza.» Pero quien después de los cuarenta años está demasiado pendiente de sus ejercicios o actividades y las conserva como más importantes que el contacto con el fondo de su alma se convierte en una cisterna seca. Discurre por sus acciones externas si tener barrunto de la interior penetración de Dios en el fondo del ser.
Imagen tomada de http://picasaweb.google.com

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