viernes, 13 de mayo de 2011

Benjamín Solari Parravicini


Dr. Isidro Solórzano
Nació en la ciudad de Buenos Aires 8 de Agosto de 1889, artista plástico de renombre internacional debió su justa fama, sin embargo, a sus psicografias premonitorias. En la tranquilidad de su estudio donde dibujaba comenzó a recibir de una extraña forma, ideas que él esbozaba sobre el papel y que atribu a a la espontaneidad de la creación artística.Pero cual ser a su sorpresa al comprobar que las ideas que había bosquejado eran proféticas, ya que al paso del tiempo se cumplían inexorablemente... Así fue que, ante la sorpresa de familiares y amigos, comenzó a acumular una serie de dibujos que contenían profec as sobre el futuro del mundo y de Argentina en particular. Al principio descartó estas premoniciones y tiró muchos de los dibujos que, lamentablemente, hoy están perdidos. Por ejemplo, en la poca que Mussolini estaba en el poder en Italia, en todo su esplendor...lo dibujó colgado cabeza abajo, ajusticiado por sus propios compatriotas... Su familia residía en una inmensa casona colonial que había sido heredada por la madre de Solari Parravicini en 1918. La mansión se encontraba en un terreno de siete hectáreas en la zona de Olivos (al norte de Buenos Aires), recostada sobre el río y separada de los terrenos lindantes por amplios claros rodeados por arboledas. Casi al tiempo de mudarse empezaron a notar cosas muy extrañas. La casona tenía en la planta baja veinte grandes ventanales protegidos con rejas de estilo colonial, y por la noche se sentían ruidos como si alguien las golpeara con palos. Inmediatamente se estrellaban decenas de piedras contra las paredes exteriores, y algunas entraban por las ventanas. Al principio la familia se espantó por la situación, especialmente porque no encontraban el origen de las pedradas, y porque los numerosos perros de la casa estaban completamente indiferentes. Denunciaron la situación a la polic a, que nada pudo hacer, pero como esto se repitió noche a noche sin que las piedras tocaran nunca a los moradores de la casona, terminaron por acostumbrarse. En los días siguientes se agregó a todo esto el sonido de una persona que intentaba forzar la puerta principal cerca de las dos de la mañana, y los ronquidos que se sentían en una de las torres de la casa. Aunque parezca extraño, la familia toma todo esto como algo gracioso que incluso motivaba reuniones con amigos que quer an ser testigos de la situación, la que se extendió por 27 a os entre 1918 y 1945. Entre los a os 1971 y 1972, poco antes de su muerte don Parravicini volvió a dibujar centenares de psicografías, fundamentalmente explicando como llegar y ser final de finales para gran parte del mundo que conocemos
Tomado de http://www.buscaprofecias.com

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