sábado, 14 de mayo de 2011

La Mitad de la vida (25)


El conocimiento de sí mismo lo pone en marcha el Espíritu Santo. Sin embargo, el hombre tiene que colaborar. Tauler enumera diferentes ayudas en el camino del autoconocimiento. Describe cómo el hombre debe considerar y probar cuidadosamente su hacer y su abstenerse, sus pensamientos favoritos y sus deseos y las peculiares debilidades de su naturaleza. Hay que ejercer la observación de uno mismo:

«Hijo hace falta mucha y maravillosa diligencia para que el hombre conozca rectamente su ánimo y carácter. Para ello tiene día y noche que estudiar e imaginar, controlarse a sí mismo y ver lo que le impulsa y mueve en todas sus acciones. Debe dirigir con todas sus fuerzas todo su hacer, y enfocarlo inmediatamente a Dios. Que el hombre no cometa ninguna mentira pues cualquier obra buena que el hombre ejecute y luego la dirija a Dios. Es una mentira. Todo lo que no tenga a Dios como objetivo es un ídolo.»
Tomado de "La Mitad De La Vida Como Tarea Espiritual" de Anselm Grüm

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