sábado, 19 de febrero de 2011

La Mitad de la vida (14)


Segunda forma de huir:
Aferrarse a lo externo

Una segunda forma de huida consiste en aferrarse a ejercicios religiosos externos. No se ocupa de los demás, del contorno, sino que se encierra en sí mismo. Pero de una manera formalista. En sus actividades exteriores elude la confrontación interior. En lugar de aplicar el oído al interior y atender al escondido «camino íntimo» permanecerá en las «comunes y amplias calles»
«Muchos hacen precisamente lo contrario, se dedican por completo a ejercicios y actividades externas y obran como uno que debiendo ir a Roma marcha a campo traviesa en dirección a Holanda. Cuanto más camina tanto más desviado está. Y si tales hombres por fin vuelven, son tan viejos y les duele tanto la cabeza que no encuentran el gozo del amor en sus obras y sus impulsos»
Tomado de "La Mitad De La Vida Como Tarea Espiritual" de Anselm Grüm

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